Es un referente para la ciudad de La Laguna desde su creación. Desde el punto de vista constructivo, lo más valioso de la ermita se concentra en la fachada principal, reedificada y ampliada en el siglo XVIII. Su parte central está ocupada por un pórtico de considerables dimensiones, enmarcado por un arco de medio punto sostenido por pilastras de piedras labradas. Sobre la clave del arco se dibuja el relieve de una cruz que descansa sobre una pequeña lápida en forma de peana donde figura la fecha de la reconstrucción de la ermita (año 1759). La cubierta se dispone a dos aguas. Y la fachada se ve rematada, en las esquinas, por dos espadañas simétricas, con los imprescindibles vanos para las campanas. El 17 de diciembre de 1999 se declara Bien de Interés Cultural, con la categoría de Monumento. Observaciones: Abierta solo cuando hay exposiciones en activo, suele ser gratuito el acceso.
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