l sendero comienza en las faldas del Teide y, al irse alejando del mismo, éste se va haciendo cada vez más visible en toda su espectacularidad. Discurre por una antigua pista, junto a la que en primavera se colocan colmenas para la obtención de la apreciada miel de retama. También destacan las lavas del domo de Montaña Blanca con sus diferentes formas. El sendero termina en el camino de Siete Cañadas, al pie de los escarpes de Guajara. En la flora abundan retamas, codesos, rosalillos de cumbre, magarzas y hierbas pajoneras. En primavera y verano es un buen lugar para observar la multitud de insectos que aprovechan la floración que tiñe estos parajes de blanco, amarillo y rosado.
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